He estado bastantes semanas más o menos alejado de las redes. Me he tomado unas vacaciones que, además de sentarme como la miel a las berenjenas, me ha dado perspectiva sobre mi vida. Nada grave, que no se preocupe nadie.
Pero también es cierto que volví hace ya casi un mes y yo no he aparecido por este blog. Pido perdón por ello a quien quiera que pueda sentirse ofendido por tal nimiedad. La principal razón de esto es que no doy abasto. Así de simple.
Aparte de mi trabajo, me he metido en una serie de proyectos que me resultan de lo más interesantes, pero que me quitan tiempo. Ya os contaré cuando salgan a la luz, aunque sí que os puedo hablar del prólogo de que he hecho de Los guardianes errantes, de Magnus Dagon (El transbordador). Es mi primer prólogo, así que puedo decir que estoy bastante emocionado.
Y otra cosa que también puedo contar, y el motivo verdadero por el que escribo esta entrada, es que Libros Prohibidos pega el estirón. Va a dar el salto y se a profesionalizar, o lo que es lo mismo, va a empezar a pagar a sus colaboradores.
Esto va a significar también una apuesta más fuerte por la literatura independiente: llegar más lejos y mejor. Sí, esos libros, autores y editoriales que no tienen lugar en el mercado, ahora van a contar con un espacio serio, profesional y de calidad que ponga los focos sobre ellos.
¿Cómo vamos a conseguir todo esto? ¿Publicidad? ¿Publicar solo para suscriptores? ¿Hemos encontrado un señor con pasta que nos quiere mucho? Nada de eso. Vamos a empezar a financiar el proyecto con una campaña de micromecenazgo continuado en la plataforma Patreon. Desde un precio irrisorio, cualquier puede poner su granito de arena. Mejor entrad en la plataforma, que viene explicado de una forma más ordenada y clara.
Y hasta ahí el resumen de mis últimas aventuras. Muy pronto volveré con más noticias frescas. Besos.
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